La antigua ciudad de Ipiutak fue construida por una raza rubia de ojos azules y no por nosotros, dicen los inuits

Ubicadas en Point Hope, Alaska, las ruinas de Ipiutak ofrecen una mirada al pasado cuando la ciudad estaba viva y bulliciosa. Aunque solo quedan artefactos antiguos, el valor arqueológico e histórico del sitio sigue siendo inmenso. La parte más fascinante de este sitio es el origen desconocido de los constructores de la ciudad.

Ubicada en Point Hope, Alaska, la antigua ciudad de Ipiutak ocupa un lugar importante en los anales de la historia. Una vez que fue una metrópolis próspera donde la gente vivía, comerciaba y practicaba rituales únicos, Ipiutak ahora yace en ruinas, dejando atrás solo restos de su gloria pasada. Sin embargo, no se puede exagerar la importancia arqueológica e histórica de este sitio. Desentrañar el misterio de Ipiutak es la clave para desbloquear conocimientos vitales sobre una cultura desaparecida y los primeros habitantes de América del Norte.

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Excavación en el sitio de Ipiutak, un sitio arqueológico ubicado cerca de la comunidad de Sagwon en el distrito de North Slope del estado estadounidense de Alaska. La ubicación de los artefactos de 2,000 años de antigüedad fue designada Monumento Histórico Nacional el 20 de enero de 1961. Wikimedia Commons

Los enigmáticos constructores de Ipiutak

La historia de Ipiutak está nublada por la incertidumbre, con información contradictoria sobre sus orígenes y la identidad de sus constructores. Con una antigüedad de al menos 2,000 años, la comunidad finalmente se derrumbó alrededor del año 800 d. C., dejando que los arqueólogos armaran el rompecabezas de su creación y desaparición.

Los constructores de Ipiutak eran un pueblo sofisticado, superando a los Inuits en términos de avance. Construyeron la antigua ciudad en un patrón de cuadrícula, que recuerda a las antiguas ciudades de la civilización del valle del Indo. Con aproximadamente 600 casas abandonadas, mil artefactos inusuales y un vasto cementerio, Ipiutak se erige como el sitio más grande de su tipo en la región ártica de los inuit.

¿Una raza rubia y de ojos azules?

Las leyendas de los inuit cuentan una historia fascinante sobre los constructores originales de Ipiutak. Según su tradición oral, la antigua ciudad no fue construida por los propios inuits, sino por un hombre rubio y raza de ojos azules. Estas leyendas también hablan de blanco gigantes que una vez habitó Ipiutak hasta la Guerra de los Dioses. El enigma se profundiza a medida que especulamos sobre los posibles orígenes de estos misteriosos constructores. ¿Podría Ipiutak haber sido un asentamiento vikingo o relacionado con la cultura Dorset? La verdad sigue siendo esquiva.

La teoría de los orígenes asiáticos

Algunos arqueólogos, como Rainey Froelich, creen que los constructores de Ipiutak provenían de Asia. Froelich sugiere que la cultura de Ipiutak es anterior a las culturas inuit conocidas en la costa ártica y probablemente se originó en el este de Asia. Los artefactos descubiertos en Ipiutak, incluidas las tallas de marfil y las herramientas grabadas, muestran patrones artísticos distintos de las culturas relacionadas. La intrincada artesanía y el estilo artístico único de estos objetos plantean interrogantes sobre los orígenes culturales de Ipiutak.

Las insólitas costumbres de Ipiutak

La antigua ciudad de Ipiutak no solo se jactaba de una arquitectura sofisticada y una artesanía experta, sino que también practicaba costumbres y rituales fascinantes. El hallazgo arqueológico de más de 5,000 tumbas en las inmediaciones de Ipiutak arroja luz sobre las prácticas culturales de sus habitantes.

Esas tumbas en Ipiutak ofrecen un vistazo a las costumbres funerarias de su gente. Algunas tumbas contienen cráneos antiguos con globos oculares artificiales hechos de marfil y azabache. Otros presentan tapones nasales de marfil con forma de cabeza de pájaro, máscaras mortuorias de marfil e incluso pequeños animales momificados con ojos de obsidiana incrustados. Estos hallazgos sugieren una fuerte conexión con el chamanismo y hacen comparaciones con las culturas escito-siberianas de Ucrania.

La población de Ipiutak

Froelich Rainey, quien excavó el sitio, estimó que Ipiutak alguna vez fue un asentamiento con una población de varios miles en su apogeo. Este tamaño de población habría excedido el de la ciudad moderna de Fairbanks, Alaska. La gran escala de Ipiutak sugiere una comunidad próspera que desempeñó un papel importante en la región.

El arte milenario de Ipiutak

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Morsa cachorro de marfil. Ipiutak, Punta Esperanza. Museo Froelich Rainey Penn / Uso justo

Uno de los aspectos más destacables de Ipiutak es su rico patrimonio artístico. Los habitantes de la ciudad eran expertos en diversas formas de arte, desde intrincadas tallas de marfil hasta herramientas grabadas. Estas expresiones artísticas arrojan luz sobre las creencias culturales y espirituales de las personas que alguna vez llamaron hogar a Ipiutak.

La gente de Ipiutak mostró su sofisticación en tallas decorativas, particularmente en marfil, madera, hueso y piedra. Los artefactos de marfil tallado encontrados en Ipiutak muestran distintos patrones artísticos que los distinguen de las obras de otras culturas. El significado y el simbolismo detrás de estas intrincadas tallas continúan fascinando a los arqueólogos y entusiastas del arte por igual.

Simbolismo y chamanismo

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Figura chamánica, Kikituk. Punto Esperanza. Museo Froelich Rainey Penn / Uso justo

Se cree que muchas de las tallas descubiertas en Ipiutak tenían un significado simbólico y probablemente estaban asociadas con el chamanismo. El chamanismo era una práctica predominante entre los habitantes, y los objetos encontrados en las tumbas de los chamanes sugieren una fuerte conexión espiritual. La presencia de cráneos de bribones con tapones para los ojos de marfil y la representación de osos polares en tallas insinúan una conexión con cultos antiguos y prácticas ceremoniales.

Ipiutak: una ventana a la antigua cultura ártica

Ipiutak sirve como puerta de entrada para comprender las antiguas culturas árticas que existieron hace miles de años. A través de extensas excavaciones y análisis arqueológicos, los investigadores han ido armando gradualmente el rompecabezas de la historia de Ipiutak y su importancia en el contexto más amplio de las civilizaciones de América del Norte.

La conexión circumpolar de la Edad de Piedra

Algunos estudiosos creen que las diversas tribus que habitan el Ártico, como los lapones, los samoyedos, los yukaghir y los inuits, comparten una tradición cultural arraigada en una antigua Edad de Piedra circumpolar. Esta tradición puede tener su origen en los cazadores de renos de la época del Magdaleniense en Europa occidental. Si bien existe un debate en curso sobre los orígenes del pueblo inuit, está claro que han desarrollado una cultura ártica única estrechamente ligada a su entorno y patrones de subsistencia.

Además, el Ártico no ha sido un refugio estancado para las antiguas comunidades de la Edad de Piedra. El cambio cultural y el desarrollo han sido parte integral de la historia de la región, al igual que otras partes del mundo. Las excavaciones en Siberia, Alaska, Canadá y Groenlandia han revelado una larga historia de asentamientos en el Ártico, caracterizada por distintas etapas y cambios culturales.

Los tres horizontes temporales

Los arqueólogos han identificado tres horizontes temporales distintos en la historia del Ártico: la antigua Edad de Piedra, la etapa paleo-inuit y la etapa neo-inuit. La antigua cultura de la Edad de Piedra, con sus herramientas de pedernal desconchadas, es anterior al año 2000 a.C. La etapa paleo-inuit, marcada por herramientas de pizarra pulida, se extendió desde el 700 a. C. hasta el 300 d. C. Finalmente, la etapa neo-inuit surgió alrededor del 300 d. C. y continúa hasta el presente. Cada etapa revela rasgos culturales, avances tecnológicos y expresiones artísticas únicos.

En conclusión

A pesar de décadas de investigación y excavación, el enigma de Ipiutak sigue sin resolverse. Los constructores originales de esta antigua ciudad, sus orígenes y su destino final aún nos eluden. Las leyendas del pueblo Inuit, la evidencia arqueológica, y la presencia de expresiones artísticas únicas nos seducen con vislumbres de una cultura desaparecida. Desentrañar el misterio de Ipiutak sigue siendo una búsqueda cautivadora, que ofrece información invaluable sobre los primeros habitantes de América del Norte y sus notables logros.

A medida que profundizamos en el estudio de Ipiutak, crece nuestra comprensión de las antiguas culturas árticas, ampliando nuestra conocimiento de la historia humana y del diversas civilizaciones que una vez prosperaron en los confines del mundo.


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